LOS HECHICEROS SE SALVAN DE LA EXTINCION

Apataki de Osa-Meji

Osameji descubre la causa de sus problemas:

Osameji comenzó a preocuparse por el hecho de que siempre estaba resolviendo un problema detrás de otro. El fue a ver a un Awo llamado Esi Saara, Es¡ Jasan, quien le dijo que diera un macho cabrío a Esu y un cerdo a lfa y ocho huevos y un macho cabrío castrado a los ancianos de la noche. El realizo el sacrificio. Poco después del sacrificio, su esposa más antigua cayó de bruces una noche Y le confesó cómo ella había estado creándole un problema tras otro mediante hechicería. La mujer confesó todo lo que había hecho y prometió que a partir de ese momento él no iba a tener más problemas y que gozaría de una dicha perpetua por el resto de sus días. De aquí en lo adelante, Osameji no tuvo más problemas a causa de los hechiceros.
Osameji finalmente resuelve sus problemas con los hechiceros mediante un acuerdo:
Fue él quien los trajo a la tierra y quien los salvó de su total extinción de la faz del mundo Inicialmente el asunto concernía a Orisa Nla quien como el propio representante de Dios en la tierra, encabezaba a todas las divinidades, incluida la comunidad de hechiceros. Orisa Nla tenla dos lagos al fondo de su casa. Uno de ellos solía quedarse sin agua duran temporada de la seca mientras el otro suministraba agua todo el año. Los dos lagos eran utilizados comúnmente por todos y cada uno. Pero las esposas de Orisa se mofaban de él por permitir que los hechiceros, entre otros, hacer uso de su lago. El reaccionó haciendo que el lago de las estaciones fuera para el uso exclusivo de su hogar, mientras permitía a los hechiceros utilizar el que se quedaba sin agua en la temporada de seca. Conociendo que su lago no podía suministrarles agua durante la temporada de calor los hechiceros fueron por adivinación sobre qué hacer para garantizar de éste los abaste durante el año entero. Se les aconsejó que dieran un macho cabrío a Esu. Luego que Esu lo hubo comido, se zambulló en el lago exclusivo de Orisa Nla, removió la piedra con la estaba represado el manantial del lago y la transfirió al lago de los hechiceros. El efecto de la piedra era impedir que el agua fluyera bajo tierra. Seguros de que su lago no se secaría los hechiceros designaron a dos pájaros para que lo protegieran de los intrusos. Los pájaro llamaban Ikaare y Otututu. Cuando llegó la temporada de seca, el lago de Orisa Nla se secó rápidamente mientras que el de los hechiceros permaneció lleno de agua. Los hechiceros les mostraron a los dos pájaros de una señal de aviso para que los alertara si algún intruso venía a coger agua de su lago. Cuando la familia de Orisa Nla empezó a quedarse sin agua, fueron al lago de los hechiceros. Los pájaros les permitieron coger agua pero las esposas también se metieron en el lago para bañarse. Fue a esta altura que los pájaros comenzaron a dar el aviso a sus jefes. Ikaare fue el primero en anunciar 'Aya Orisa weee' y Otututu gritó 'Aya Orisa ponmi tu tu tu tu'. Con esto, los intrusos se dieron cuenta de que habían guardias cuidando el lago.
Rápidamente huyeron hacia sus casas. Cuando los hechiceros llegaron les preguntaron a los guardias por la identidad de los intrusos y ellos respondieron que éstos eran miembros de la familia de Orisa Nla Los hechiceros juraron castigar a Orisa Nla por contravenir su propio decreto, al permitir que su familia utilizara el lago de ellos, El canto de marcha de los hechiceros era:Eni Asoro, omo eronko aafobo oniyan, To Orisa Taayare, Aarije, Aarimu. Y se desató la baraúnda. Todos los pájaros del bosque hablarán como los seres humanos. Hoy destruiremos a Orisa Nla y a sus esposas.
Cuando Orisa Nla escuchó en la distancia el canto de guerra de los hechiceros. huyó de su casa para buscar refugio junto a Ogun. Ogun se preparó para batallar con los invasores y se sentó a la entrada de su casa en espera del arribo de los hechiceros. Tan pronto llegaron a la puerta de Ogun, éste sacó su machete que despidió fuego. Pero ellos se tragaron a Ogun con sus instrumentos de pelea y Orisa Nla escapó por la puerta de atrás. Se refugió en la morada de Chango que corrió igual suerte. Orisa Nla corrió a las casas de todas las otras divinidades pero todas fueron tragadas por los hechiceros invasores. Finalmente corrió a casa de Orunmila y éste le preparó un escondite en el santuario. El hizo que Orisa Nla se ocultara debajo del santuario Y lo cubrió con una tela blanca con la cabeza sobre saliendo a través de ésta. Esto se representa hoy por la elevación que sobresale bajo una cubierta blanca en el santuario de Orunmila, Esta recibe el nombre de Orite. Osameji sacó entonces su bandeja de adivinación (Akpako) y preparó el polvo de adivinación y las marcas de su propio Ifa y con Uroke lo esparció sobre la casa gritando Ero, Ero, Ero (esto es, paz, paz, paz). Cuando los hechiceros llegaron al cruce de caminos cercano a la casa, se desorientaron y quedaron confundidos. Pero enviaron a sus dos buscadores de camino a que dirigieran su avance a donde quiera que estuviera Orisa Nla. Los dos rastreadores encontraron a Orunmila a la entrada de su casa y le dijeron que habían llegado allí siguiendo las huellas de Orisa Nla. El les confirmó que de hecho lo tenía retenido, pero les argumentó que ya se encontraba tan deteriorado y falto de vida que si le daban muerte en ese estado no habría carne en él. Los convenció para que le dieran siete días para engordarlo antes de que ellos lo mataran. Ofreció entonces compartir la carne de Orisa Nia. El les habló con un encantamiento que esta prohibido que se mencione o recite porque llama a destrucción. La esencia de esto es que él los hechizó para que aceptaran cualquier explicación que les ofreciera para poder retener a Orisa Nla. Bajo el influjo del encantamiento ellos. accedieron y se retiraron a su lugar de procedencia. A la mañana siguiente, Osameji hizo adivinación y se le dijo que diera una gallina negra a Ifa y un macho cabrío a Esu. El lo hizo en seguida, sabiendo que los hechiceros acortarían la duración de los días y noches siguientes. También Ifa le dijo que preparara un banquete con conejos para los hechiceros y vino de palma envenenado con inyerosun y el encantamiento que no pudo ser mencionado con anterioridad. También preparó un recinto cercado frente a su casa y obtuvo una especie de goma adhesiva, llamada aare en yoruba, para embadurnar la cerca. Dispuso dieciséis asientos de madera, igualmente embadurnados con la goma y los colocó dentro del lugar de recepción. Poco después llegó el día fijado y en ese momento Osameji preparó el banquete, colocó la comida y la bebida en el recinto. Tan pronto como llegaron, los hechiceros se sentaron y comenzaron a comer y a beber. Una vez finalizado el banquete le dijeron a Osameji que trajera ante ellos a Orisa Nla y antes de que pudiera darles respuesta uno de ellos avistó a Orisa Nla en el santuario donde éste esperaba a los invasores, El que lo había descubierto gritó que Orisa Nla estaba debajo del santuario de Orunmila. Cuando se dispusieron a atacar sucedió que Esu los había pegado firmemente a sus puestos y estaban imposibilitados. Cuando trataron de hacer rodar sus asientos, la goma del cercado inmovilizó sus alas y fueron completamente dominados. En este punto, Osameji le dio su cuchillo de Ifa (Aza) a Orisa Nla. quien se aferró al uroke y comenzaron a destruir a los hechiceros uno tras otro. Cuando los hubieron aniquilado a todos exhalaron un suspiro de alivio. Ellos no sabían que uno había logrado arrastrarse para buscar refugio debajo del santuario de Orunmila, en el mismo lugar donde Orisa Nla se había ocultado antes del ataque. Mientras los estaban matando, cantaban: Ota mi po yee. Okon kon nu uku saan paa yeye Mis atacantes son muchos, Yo los mataré uno tras otro. Cuando Orisa avistó al que se escondía debajo del santuario de Orunmila quiso darle muerte igualmente pero Osameji se lo impidió alegando que no podía destruirse a alguien que se refugiara debajo de su santuario de Ifa, exactamente igual que su vida (la de Orisa Nla) había sido respetada luego de esconderse bajo el mismo santuario. Entonces ellos sacaron al hechicero que era una mujer y quitaron la goma de su cuerpo. Cuando la examinaron en detalle descubrieron que estaba embarazada.
Osameji señaló entonces que estaba prohibido dar muerte a una mujer embarazada sabiendo esto. Orisa Nla insistió que si se permitía sobrevivir a la mujer, ella produciría más hechiceros que intentarían destruir el mundo al igual que lo habían tratado de hacer los de la primera generación de hechiceros. Se cree con toda firmeza que sí a aquella mujer se le hubiera dado muerte esa noche, ello hubiera significado el fin de la genealogía de los hechiceros sobre la faz de la tierra.
No obstante, Orisa Nla sugirió que se le debía obligar a jurar que no destruiría personas inocentes en la tierra. Osameji propuso entonces a Orisa Nla que el suelo era la única divinidad capaz de destruir a los hechiceros si ellos se portaban mal, ya que esta es la única potencia que sobrevive a todas las potencias y fuerzas de la tierra. El cabó un hueco en el suelo y lo llenó con todos los artículos de comida y lo cubrió con nueces de cola. Entonces ellos la hicieron jurar que el suelo le diera muerte a ella o a cualquiera de sus descendientes de generación en generación si alguna vez mataban sin una justa causa a un hijo de Orisa Nla o de Orumila. Ella hizo el juramento y comió la cola que estaba sobre el montón. No obstante. ella les pidió que le dijeran cómo era que se iba a alimentar si no podía dar muerte a ninguno de los hijos de dios o de Orunmila. Orisa Nla replicó que si él o cualquiera de sus hijos los ofendía a ellos y su problema le era presentado, él compensaría la ofensa matando a un animal, ya fuera carnero, chivo, ave, etc., Y regaría la sangre en el exterior de su casa. Esa es una señal de que el transgresor le ha pagado la ofensa cometida. Entonces ellos lo deberán dejar tranquilo. Ese es el significado de la sarah que los hijos de dios hacen hasta este día.
Es una señal de que el ofrecimiento viene de parte de un hijo de dios y los hechiceros lo aceptarán y le concederán sus deseos. Por otra parte, Osameji le dijo que si ella veía cualquier alimento confeccionado en una olla y depositado en un cruce de caminos, junto a la orilla o sobre un horno. debía saber que era de un hijo de Orunmila Y debía aceptar la comida y dejar tranquilo a quien se lo ofrecía. Este es el Etutu o izobo que Orunmila frecuentemente aconseja que sus seguidores realicen a la noche cuando tienen problemas con los hechiceros. Esta es la razón por la cual las marcas de iyerosun de Osameji frecuentemente se hacen en la bandeja de adivinación cuando se realizan ofrendas a la noche.
El encantamiento, que no puede ser mencionado aquí y que los sacerdotes de lfa repiten cuando hacen una ofrenda a la noche, es para recordarles que quien la hace pertenece a Orunmila y que ellos deben recordar el juramento que hiciera su madre en el día predestinado. El significado de esta revelación es que ninguna divinidad es capaz de hacer frente a los hechiceros cuando éstos se deciden a pelear. Ellos siempre pueden vencerlos a todos con excepción de Dios y Orunmila, debido a la forma en que éstos les manejaron en aquella noche predestinada. Cualquiera que crea que los amuletos u otras preparaciones diabólicas pueden vencer a la hechicería está sencillamente engañándose a sí mismo, a no ser que los hechiceros transgredan el acuerdo realizado por su madre aquella noche que los salvó de una total extinción.